El Partido Socialista por primera vez en su vida de reunificación ha tenido una interna para dirimir la conducción partidaria. Y a manera de balance podemos ver que la contienda convoca a pensar normativas que garanticen la transparencia en las internas partidarias. Es urgente depurar padrones, generar pautas para un codigo electoral e incluso una entidad que garantice neutralidad de las elecciones.
Independientemente del marco en el que se desarrollaron los comicios, el objetivo del oficislismo era invisibilizar y excluir cualquier alternativa. Por eso, en los distritos chicos se marca una paridad, en los distritos clave, con desarrollo partidario, tuvieron que recurrir al vuelco de urna para reducir la presencia de Unidad Socialista, como en Santa Fe y Ciudad de Buenos Aires, cabe como ejemplo que el 50% de los cinco mil votos se concentraron en dos de las 15 Comunas. Y
donde su derrota era decisiva recurrieron sin escrupulos al fraude mas escandaloso, manipulando el padron, los lugares y los centros de votación.
Todo esto no impidió que exista otra voz que, por ahora en minoría, seguirá trabajando para que el partido sea una expresión de las luchas sociales y populares, construyendo una propuesta de manera democrática plural y participativa. En ese camino, seguimos trabajando.
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