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sábado, 30 de octubre de 2010

Perfume de Mujer. Elección de Dilma Rousseff. Por Ricardo Romero


Perfume de Mujer



Ricardo Romero
Politólogo UBA/UNSAM
http://www.politicabrasileña.com.ar/



“La esperanza venció al miedo” fueron las palabras del tornero mecánico devenido en Presidente de la República. Con esa idea, Lula se propuso marcar un nuevo tiempo histórico, así como el “fico”, la “República” o el “Petróleo e nosso” figaron grandes consensos nacionales en Brasil, en su discurso de asunción, impulsó al “FOME Zero” como un eje aglutinador de consenso.
Así, la gestión de Lula se concentró en recuperar el crecimiento económico, y si bien muchos esperaban un viraje de la línea neoliberal que llevaban sus predecesores (Collor, Franco y FHC), Lula se encuadró en una visión neoclásica en lo económico y se subordinó a los imperativos del mercado, a través de altas tasas e independencia del Banco Central.
Desde una perspectiva macro económica, se centra la acción en el intento de privilegiar la reactivación a partir de "incentivar" la inversión. Es verdad, parecería seguir la lógica de los noventa. Sin embargo, cabe destacar que el programa con el cuál asume Lula, se basaba en un desarrollismo industrialista, que básicamente quería generar un progreso inclusivo. De hecho, cuando la derecha generaba inestabilidad, Lula saca una "carta ao povo brasileiro" en la cual se comprometía a cierta continuidad en la política macroeconómica.
Existe un error en considerar las expectativas en Lula como el programa que no ejecutó. De criticar, tenemos que ver cuánta maniobrabilidad tenía Lula para generar un cambio de dirección en las políticas neoliberales. Y en todo caso, porqué los sectores que se fueron por izquierda, no logran superar el 10% del electorado, si es que expresan algo los porcentajes de la democracia burguesa. En un sentido crítico, lo que se puede decir de Lula es que no tuvo capacidad de articular su programa con un compromiso con la burguesía, algo que constantemente expuso como su propuesta, y sólo sostuvo un nivel de crecimiento aceptable para los rendimientos empresariales pero débil para una redistribución cercana al "fome zero".
Sin embargo, no tiremos al bebé con el agua sucia, porque en el marco de las políticas sociales la idea de populismo regresivo es cuestionable en medida de ver la universalización que tienen los programas que se aplican en Brasil. Cómo puede ser que el PT gana en el abandonado nordeste, incluso con el 80 por ciento en segunda vuelta?, eso es sólo el clientelismo estatal?. o no hay que pensar que el Estado también esta llegando a sectores sociales que durante siglos no tuvieron ciudadanía en Brasil?. Incluso, sería interesante ver la aplicación de cupos que impulsa el gobierno, donde pobres y afrodescendientes tendrán acceso a la educación superior, un derecho que en Brasil estaba vedado para la mayoría de sectores populares.
Creo que la visión economicista coloca en el cortoplacismo pragmático la idea de un socialismo automático, sin ver las dinámicas sociales que pueden articular la construcción de proyectos, y se quedan solos sin respaldo social. Debemos tener presente que el proceso de transformación en Brasil no se detiene, y que de la dinámica social depende los avances que puedan generarse para una etapa superior al gobierno de Lula. De hecho, el debate por la sucesión marca hacia donde puede ir el proyecto socialista del PT.
En ese sentido, es interesante analizar los escenarios posibles que se abren para un tercer mandato del Frente Popular (alianza que sustenta a Lula). La primera, puede generarse un candidato de la coalición, como Ciro Gomes, quien expresaría una continuidad prolija de la política lulista, la estrategia con mas fuerza es la propuesta de un candidato propio del PT, donde la candidatura de Dilma Rousseff, actual Jefa de la Casa Civil, podría significar un avance hacia un programa con eje socialista, punto que en Brasil puede seguir consolidando. Con Dilma, la esperanza brasileña aún tiene posibilidades de alcanzar una sociedad más justa e igualitaria, y existen condiciones para prosperar en ese sentido. La elección de Dilma marcará ese camino, donde Brasil ahora tiene un tono de mujer.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Hasta siempre compañero Nestor.

Hasta siempre compañero Néstor

Por Ricardo Romero

Quedará en las páginas de nuestra historia que un día 27 de octubre del bicentenario dejaba la vida el compañero Néstor.

Seguramente unos de los tantos aportes es que un socialista le escriba, no solo con las condolencias pertinentes, sino con el lazo político que generó desde su construcción política cuando el país se levantaba como el ave fenix.

Esta foto que saqué en el Foro de San Pablo lo sintetiza, un espacio en el que muchos socialistas participamos desde los 90, fue el sendero que delineó políticas a seguir, acciones concretar para reorientar el destino de nuestro país.

Bajo esas ilusiones, Néstor Kirchner suma al país en el cambio latinoamericano, junto a los procesos que están transformando la región. Desde ese espacio le escribe un socialista.

Es, sin duda, un momento histórico, y seguramente queda en nosotros que sus ideas no queden en la historia.

Hasta siempre.

Ricardo Romero

lunes, 25 de octubre de 2010

Fusil de Rosas. In memorian. Ernesto CHE Guevara. Por Marta hrybowicz

In memoriam
(09-10-67/09-10-10)
Fusil de rosas

Octubre boliviano. Semana final.
Primer día.
En la altura selvática, hombres húmedos caminan. Un bosque alberga el campamento. Disparos perfuman de pólvora el aire. Darío fue a buscar agua clara. Pacho aguarda. Eustaquio fuma. Chapaco hierve en aceite la carne. Todos comen.
Él escribe, estratega que no se quebranta, galopando con Felipe poeta.

Segundo día.
Amanece luego. Los soldados atisban a unos cabritos que cerca, desafían a los perros pastores que ladran mil denuncias. El abra del Quiñol muestra gotas de sangre. No importa. Urbano dice que los campesinos comentan. Entonces suben hasta la altura que los esconde. Aguardan el silencio y la calma hasta que pueden descender en busca del glorioso café. También pueden comer carne y arroz. Y luego marchar como exploradores que presienten el sitio sagrado. Encendida la radio, escuchan que León y Camba develan alguna traición. Y que Regis Debray se erige, lento y susurrante, en contra-mito, en filósofo de la antípoda, destructor del evangelio guerrillero.
Él escribe, perseguidor de quimeras, amigo de fuego de Guillén.

Tercer día.
Otro día que camina hacia el sacrificio final. Bajan quebradas y suben colinas buscando el atardecer. Los animales de la selva saben dibujar senderos seguros. Son los arquitectos de los caminos. Los hombres copian los itinerarios. Otra vez la radio Cruz del Sur informa que el Estado Mayor boliviano envía a la 4ª División para patrullar el bosque ralo. Se reinician marchas y contramarchas. La hipótesis de una pronta captura se derrama entre las hojas más verdes de la Quebrada de Churo.
Él escribe, predestinado verdugo de la opresión y la injusticia. Hermano nunca visto del Cortázar que caminó detrás de su estrella.

Cuarto día.
El Ejército nativo se acerca derrumbando la esperanza. Indiscretos, sospechan la cercanía. Benigno y Pacho buscan agua cerca de una casa pueblerina. Escondidos ven pasar a seis soldados mientras la sed agota las gargantas. Hasta Eustaquio llora por agua. La radio dice que en Camiri hablarán los testigos de Debray. Hubo que hacer algunas curaciones para frenar los dolores del peregrinaje. Inyectar medicina y coraje.
Él escribe, creciendo banderas en el luto de Neruda.

Quinto día.
Se desespera la selva amarga. Destila sangre. La Cruz del Sur amenaza el despliegue de más y más soldados contra uno, que aún explora el mapa definitivo y equivocado. Señala otra casa, en la que se puede cocinar después de calcinarse con sus compañeros, los últimos, bajo la plenitud del sol tropical. Mientras las carnes se asan, los que pueden recorren la proximidad que promete agua fresca. Y otra vez la radio asusta con el cadalso imperdonable. Los buscan, los rastrean, los huelen, los aspiran, los escupen.
Él escribe, plantando estandartes con los soles de Carlos Puebla.

Sexto día.
Hay nostalgias del noviembre pasado cuando disfrazados, entraron por Cochabamba en dos jeeps sospechados de tráfico de cocaína. Los jejenes y los mosquitos, las yaguasas y las garrapatas acompañaron a estos soldados que recorrían los arroyos, las hondonadas y los montes, indagando el camino de la libertad continental. Hay añoranzas por los rostros prolijos ahora oscuros de barba y barro. El túnel, las gallinas y los pavos, la humedad densa, Pombo y Pachungo cavando a la mañana. Tumaini y Ernesto por la tarde. Discusiones, acuerdos y desacuerdos entre cubanos y bolivianos. El año de mil novecientos sesenta y seis terminaba con un brindis confirmando que sus vidas y sus muertes advertían al mundo que era posible endurecerse sin perder la ternura.
Él escribe, retratando su propio fantasma en la poesía de Silvio.

Séptimo día.
Soñando la revolución y con un pasaporte uruguayo, con otro nombre y otro rostro, había llegado al escenario fértil de la Bolivia de los campesinos y de los mineros. Su ejército pequeño –cubanos y sudamericanos aliándose en un objetivo común- acampó en los poblados fronterizos. En una Casa Blanca de piratas y opulencia se pergeñaba la destrucción. En una escuelita blanca de adobe y tristeza se desplegaba el velo oscuro de la muerte. Ya todos mascullaban la derrota, desde Washington hasta Angola, desde Vallegrande hasta La Habana. Ël escribe que no hay que pelear hasta morir sino que hay que pelear hasta vencer, como transcribió Gelman, el abuelo desgarrado y renacido.

Octavo día.
El Ejército se acerca. Con certeza se acerca escudriñando palmo a palmo la selva. Los enfermos se adelantan, protegidos. El resto se queda en la retaguardia dispuestos a inmolar los sueños. El campesino delata. Nadie huye. Ni los otros ni éstos.
La mochila del comandante bajo unas piedras. Mario Terán avanza ciego, aunque por cuarenta minutos la duda le pesa en las manos y en la carabina. “Usted ha venido a matarme”. Llora América Latina. Los bronces se funden en ríos blandos y los mármoles erigen figuras transparentes y espectrales. Los disparos le deshacen las carnes y ahí nomás brota el hombre nuevo.
Yo escribo. El hijo rebelde rasgueó una zamba en el paraíso andino y alentó tempestades desde el océano hasta las cumbres. Se estiró su forma en eternidades. En Bolivia y en Cuba se instaló su alma. Y su voz resonó en Argentina. Las mujeres y los niños lo esperaron. Algunos hombres lo nombraron y lo siguieron. Dibujaron su rostro joven en las banderas, en las copas y en los racimos. Ya no es el tiempo del fusil. Ahora son rosas.

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